Perú podría apuntar a tener presupuesto equilibrado el próximo año, según BCP
(ANDINA). El Perú podría apuntar a tener un presupuesto equilibrado el próximo año (sin déficit o superávit fiscal), en la medida que un escenario de riesgo no puede ser descartado, derivado, por ejemplo, de una recaída en la recesión global, señaló hoy el Banco de Crédito del Perú (BCP).
Indicó que sería deseable contar con un plan contracíclico contingente, que en caso necesario, ayude a reducir los efectos adversos de una economía internacional deteriorada.
El viceministro de Economía, Carlos Casas, manifestó hace unos días que en el 2011 se espera registrar un déficit fiscal de uno por ciento y tener nuevamente un superávit fiscal en el 2013.
El BCP mencionó que más allá del menor dinamismo de la inversión privada, que suele producirse meses antes de las elecciones presidenciales, el factor clave será el crecimiento de la economía mundial con Estados Unidos creciendo a un ritmo moderado.
En ese contexto, el crecimiento del Producto Bruto Interno (PBI) en el Perú estaría alrededor del potencial, siendo aún menos necesario mantener una política fiscal expansiva.
Recordó que en el 2006 el resultado fiscal pasó de –0.3 por ciento del PBI el año anterior a 2.1 por ciento del PBI ese año, en un contexto en que la economía peruana creció 7.7 por ciento.
Es cierto que aquel año el incremento del precio de los minerales, factor que no se espera que ocurra en esta ocasión, ayudó a explicar la mejora de la posición fiscal, por lo que en todo caso ahora resulta factible una mejora algo menos ambiciosa.
“El próximo año por lo menos debería apuntarse a un presupuesto equilibrado”, anotó.
De otro lado, mencionó que sería deseable también que en el Presupuesto Público del 2011 continúe incrementándose la cobertura del esquema de presupuesto por resultados, entendiendo como tal al sistema y a los procesos presupuestarios capaces de integrar consideraciones sobre resultados al proceso de toma de decisiones.
“Es de destacar que ha tomado mucho esfuerzo, en gobiernos sucesivos, para que el país gane credibilidad en materia de responsabilidad fiscal, lo que ha incidido en una mejora de la calificación crediticia soberana”, anotó.
En ese sentido, consideró que el gobierno saliente debería dejar las cuentas públicas en la trayectoria correcta.
“El nuevo gobierno deberá continuar mejorando la calidad del proceso presupuestal, evaluando, por ejemplo, la conveniencia de introducir reglas estructurales, la formulación de presupuestos multianuales, seguir incrementando la participación del gasto de capital y continuar con la difusión de presupuestos por resultados”, sostuvo.
Indicó que sería deseable contar con un plan contracíclico contingente, que en caso necesario, ayude a reducir los efectos adversos de una economía internacional deteriorada.
El viceministro de Economía, Carlos Casas, manifestó hace unos días que en el 2011 se espera registrar un déficit fiscal de uno por ciento y tener nuevamente un superávit fiscal en el 2013.
El BCP mencionó que más allá del menor dinamismo de la inversión privada, que suele producirse meses antes de las elecciones presidenciales, el factor clave será el crecimiento de la economía mundial con Estados Unidos creciendo a un ritmo moderado.
En ese contexto, el crecimiento del Producto Bruto Interno (PBI) en el Perú estaría alrededor del potencial, siendo aún menos necesario mantener una política fiscal expansiva.
Recordó que en el 2006 el resultado fiscal pasó de –0.3 por ciento del PBI el año anterior a 2.1 por ciento del PBI ese año, en un contexto en que la economía peruana creció 7.7 por ciento.
Es cierto que aquel año el incremento del precio de los minerales, factor que no se espera que ocurra en esta ocasión, ayudó a explicar la mejora de la posición fiscal, por lo que en todo caso ahora resulta factible una mejora algo menos ambiciosa.
“El próximo año por lo menos debería apuntarse a un presupuesto equilibrado”, anotó.
De otro lado, mencionó que sería deseable también que en el Presupuesto Público del 2011 continúe incrementándose la cobertura del esquema de presupuesto por resultados, entendiendo como tal al sistema y a los procesos presupuestarios capaces de integrar consideraciones sobre resultados al proceso de toma de decisiones.
“Es de destacar que ha tomado mucho esfuerzo, en gobiernos sucesivos, para que el país gane credibilidad en materia de responsabilidad fiscal, lo que ha incidido en una mejora de la calificación crediticia soberana”, anotó.
En ese sentido, consideró que el gobierno saliente debería dejar las cuentas públicas en la trayectoria correcta.
“El nuevo gobierno deberá continuar mejorando la calidad del proceso presupuestal, evaluando, por ejemplo, la conveniencia de introducir reglas estructurales, la formulación de presupuestos multianuales, seguir incrementando la participación del gasto de capital y continuar con la difusión de presupuestos por resultados”, sostuvo.
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